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Un día en la cárcel

En el mes de marzo de 2010 tuve la gran oportunidad de acceder a la cárcel de Basauri con AEPA-Euskadi, gracias al Curso de Terapia Asistida con Animales impartido por ellos. Dicho curso incluía una práctica real de terapia o actividad con animales y me decanté por entrar junto con Agustín González a un lugar tan desconocido.
¿Qué podían estar haciendo allí con los perros? ¿Cómo ayudaría esta actividad a los presos? ¿Cómo se podía plantear hacer algo así en un lugar con tanta escasez de medios?
Tengo que reconocer que salí gratamente sorprendida. En primer lugar, por la manera en que AEPA-Euskadi plantea su entrada allí, y que coincide totalmente con mi visión sobre qué debe ser una terapia asistida con animales: no entiendo las terapias en las que se obliga a los perros a mantener una actividad y una atención constante durante horas, sometiéndoles a un estrés y a un cansancio y probablemente también a un deseo de no volver por el desgaste que les supone. Creo que la terapia debe ser ante todo planteada como una ayuda a los humanos respetando siempre la naturaleza canina. Tener en cuenta que nuestro animal puede sufrir y no pasarlo bien me parece imprescindible.

Entramos allí con dos perritas, Nika, la perra de Iñaki Linaza y Raisa, la perra de Agustín González. Nika es una habitual y francamente era “demasiado” evidente. Desde que llegó se la veía emocionada y con muchas ganas de entrar. Desde luego estaba claro que era un lugar que le gustaba. Iñaki, su dueño y miembro de AEPA-Euskadi, había hecho bien su trabajo, había logrado el bienestar de su perrita que no se daba cuenta de que su propietario trabajaba con ella. Para Raisa era algo nuevo pero también iba con su propietario y estaba… tan tranquila. Empezábamos bien.
Tras traspasar un montón de rejas llegamos al patio de la enfermería. Allí Nika estaba contentísima. AEPA-Euskadi está impartiendo un curso de educación canina a los presos que así lo desean y que son seleccionados por la subdirectora de la prisión. La lista de espera para apuntarse al curso es larga, ¡y no me extraña! Nos metimos en un cuartito donde se impartía la clase teórica. Durante unos 15 minutos con ellos hablamos de perros. Me encantó que el ambiente era muy distendido y las explicaciones de Cristina Muro estaban apoyadas por numerosos vídeos. Su manera de hacer llegar los conocimientos caninos es muy eficaz. Les cuenta lo que necesitan aprender ese día, después les pone un vídeo donde ellos pueden ver de manera práctica lo que acaba de explicar. Eso hace que no se aburran y que entiendan mejor las explicaciones sin apenas darse cuenta.
Me di cuenta de que el curso estaba funcionando cuando uno de los alumnos comentó que no se podía tener un perro si no podías cuidarlo bien. Eureka, ¡¡¡las enseñanzas de AEPA estaban dando sus frutos!!!! Las prácticas ocupan gran parte del curso: se realizan en uno de los patios de la prisión y allí nos juntamos Cristina, Iñaki, Miguel, los voluntarios de AEPA-Euskadi, los perros, los chicos y nosotros.

Miguel Yuste es educador de Bidesari, organiza actividades deportivas, educativas y lúdicas con los chicos. La empatía entre Miguel y los asistentes al curso era evidente. Me encantó su forma de charlar con ellos, sus bromas y abrazos. Los chicos confiaban en él, noté que era de alguna manera un referente para ellos dentro de su mundo. Admiré su capacidad de ponerse en el lugar de ellos y la confianza que había logrado crear, las tablas al final son importantes y Miguel tiene muchas.

Y vino lo más divertido. Ya en el patio de la enfermería nos reunimos todos con los perritos para la parte práctica. El tema era el clicker. Reconozco que hasta ese momento yo estaba un poco ansiosa. Por la nueva situación, porque no sabía qué esperar de los alumnos… y todo desapareció por arte de magia al llegar la clase práctica. De repente desaparecieron las barreras que nos separaban. Creo que fueron dos los motivos para que esto ocurriese; por un lado la labor de Iñaki y Cristina, su manera de dirigirse a ellos con toda naturalidad, de hacer ameno el curso y de unirnos a todos en un objetivo común (aprender sobre perros) hizo que todos nos sintiéramos inmediatamente relajados. El hecho de que AEPA-Euskadi entre a dar un curso y simplemente éste sea acompañado por un perro ya hace que los chicos lo vean como algo diferente, sin esa distancia que conlleva el papel profesor-alumno en un aula sino con la cercanía que imprimen Iñaki y Cristina tanto en su manera respetuosa de tratarles, como en el planteamiento eminentemente práctico de la actividad. Por otro lado el hecho de tener un animal correteando a nuestro alrededor hace que todos mantengamos nuestro foco de atención en él y que a través de él nos comuniquemos sin miedo. Es curioso como al hablar de un animal, de cómo corre, juega o de lo que está haciendo, nos olvidamos de preocupaciones y nos conectamos con el momento presente. A través de Raisa y Nika podíamos hablar de cómo nos sentíamos, de cómo las veíamos, de nuestros afectos en definitiva, algo importantísimo en un entorno donde éstos están totalmente vedados o escondidos.
Y de repente ni ellos eran presos, ni yo una persona de fuera. Empezamos realmente a divertirnos, a reír, a comunicarnos, ¡¡¡a entendernos!!!. Perdí la noción de dónde estaba y para qué. Solo éramos un grupo de personas charlando y entreteniéndonos como podíamos estar haciendo en cualquier parque de la ciudad. Todo aderezado por los correteos emocionados de Nika y los cánticos de Raisa (que no paraba de seguirnos a ver si “caía” alguna bolita de pienso…). Estoy segura de que nuestra actitud era percibida por los perros, que veían un grupo de humanos relajados y alegres.
La terapia no solo fue para los internos, a mí también me sirvió porque estaba realmente a gusto. Y de repente el preso con el que ensayaba el clicker intercambiándonos el papel perro-adiestrador era un amigo más. Supongo que para ellos dejamos también de ser unos extraños que entrábamos para convertirnos en una novedad que les sacaba de su rutina y les permitía pasar un buen momento. Sus sonrisas y bromas les delataban…
Eso fue para mí el éxito del curso. Si ese momento fue tan sumamente divertido para mi qué no será para estas personas que allí pasan sus días privados de libertad. Desde luego me pareció una forma perfecta de sacarles de su día a día. Observábamos también los correteos y las gracias que Raisa era capaz de hacer con tal de conseguir nuestra atención. Todo de una manera muy natural. Al final de la clase hicimos un pequeño ejercicio práctico con ellas. Era su turno. Cada una de las perritas pasó por un aro y se sentó en medio con ayuda del clicker. Sin agobiarlas, sin hacerlas sentir que tenían que conseguir nada.
La primera parte en la que nosotros nos turnábamos en los papeles de perro-adiestrador permitía que entendieran el funcionamiento del clicker sin necesidad de dañar sin querer a un perro y volverle loco al no saber que esperábamos de él. De nuevo la empatía jugaba un papel importante. La mejor manera de entender cómo se siente un perro es… ponerse en su piel.

Me sorprendió lo rápido que lo entendieron, ese es el trabajo de AEPA-Euskadi, saben transmitirlo de manera efectiva. El primer alumno que hizo de perro tardó apenas unos segundos en agobiarse porque no sabía qué le estábamos pidiendo. Así interiorizaron que a pesar de tener herramientas para educar a los perros el saber utilizarlas es básico. Sin un uso correcto de estas herramientas jamás conseguiremos ser buenos educadores de nuestras mascotas.
Salí con la sensación de que pequeñas cosas pueden suponer grandes cambios, de que algo se está moviendo en el mundo de los perros y de la terapia cuando asociaciones como AEPA-Euskadi han comprendido la importancia de respetar a los animales y su naturaleza y a trabajar con ellos sin necesidad de convertirles en reflejos de nuestra vida estresada y de logros. Se les permitía ser perros al igual que a los presos se les recordaba que ante todo eran personas dignas de atención. Algo está cambiando cuando ya se habla de crianza natural con los niños, doma natural con los caballos…. ¿para cuándo la educación natural para los perros?

Raquel Alvaro
Abril 2010

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